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Si bien la leyenda de Elvis Presley se mantiene a pesar del tiempo, en el último año puede que haya estado más viva que nunca gracias al biopic dirigido por Baz Luhrmann y protagonizado con honores por Austin Butler. Pero su éxito en la recién estrenada temporada de premios se ha visto ensombrecido por una inesperada noticia: la muerte de Lisa Marie Presley, la única hija del rey del rock. La actriz y cantante de 54 años falleció este jueves en Los Angeles tras ser ingresada de emergencia a un hospital por un paro cardiaco. Su propia madre, Priscilla, ha comunicado la noticia.
Precisamente, su última aparición pública fue el martes, en los Globos de Oro, donde Butler ganó el premio a mejor actor en una película de drama por dar vida al icono musical más importante del siglo XX. Ha trascendido que, como cada 8 de enero, fecha del cumpleaños de Elvis, Lisa Marie visitó el pasado domingo Graceland, la mansión donde vivió su padre. Su vida, documentada desde su nacimiento, ha estado siempre marcada por un apellido mítico. Pero ella trató de hacerse su propio hueco en el espectáculo. En su debut musical, en 2003, contó con el apoyo del productor de Alanis Morissette, la gran estrella del momento. Llegó a lanzar dos álbumes más, el último en 2012.
Sin embargo, su carrera siempre estuvo eclipsada por su vida personal. De “hija de Elvis” a protagonizar algunos de los matrimonios más mediáticos de las últimas décadas. Del rey del rock al del pop, Lisa Marie Presley se casó con Michael Jackson, convirtiéndose en una de las parejas más fotografiadas de los 90. Con el cambio de milenio, llegaría su boda con Nicolas Cage, con divorcio exprés incluido. De su primer matrimonio, anterior al de Jackson, nacieron sus dos primeros hijos, la actriz Riley Keough y el cantante Benjamin Keough, que murió en 2020. De su última unión, con el productor musical Michael Lockwood, tuvo a sus gemelas, todavía menores de edad.
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