Ángel Asensio (ModaEspaña): “2024 no va a ser un año de alegrías para el sector”

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Ralentización del consumo e incipiente inflación. Esas son dos de las predicciones de Ángel Asensio, presidente de la Confederación de Empresas de la Moda de España (ModaEspaña) sobre el sector en 2024. El responsable destaca que el producto español gusta y se debe poner en valor, como una manera también de alcanzar los objetivos sostenibles. Sin embargo, el presidente de ModaEspaña considera que el contexto internacional dificultará el progreso y que las empresas deben ser cautas e invertir en crecimiento inorgánico. En cuanto a la creciente regulación, Asensio lo considera un “error” y cree que no se debe mezclar economía y política, un papel intermedio que “deben ocupar las patronales.”

 

 

P.: Dígame algo bueno de 2023 y algo bueno que espere para 2024.

 

R.: Algo bueno es que podemos seguir trabajando y que cada vez hay una mayor conciencia de que apostar por calidad es hacerlo también por sostenibilidad. Nos favorece que la marca España tenga mayor valor y creo que si hacemos una buena comunicación de que el producto español es uno de calidad y, por ende, más sostenible, esto debe continuar creciendo, tanto en 2024 como en los próximos años.

 

 

P.: ¿Y algo malo de 2023 y algo malo que prevea para 2024?

 

R: Claramente, la incertidumbre. En 2023 el contexto internacional ha sido incierto y a principios de 2024 ya vemos que el panorama sigue igual. La situación de incertidumbre es mala para la economía y afecta al consumo y probablemente a los precios. Las disrupciones del Mar Rojo de los últimos días interfieren en el sector, con subidas de precios y mayores tiempos en los plazos de entrega. La moda es un sector con márgenes estrechos y esta situación sólo los castiga más.

 

 

P.: En Modaes nos hemos propuesto revisar los cimientos de la moda por nuestro 15 aniversario. ¿Qué tendría que replantearse el sector?

 

R.: El sector principalmente tiene que replantearse cómo poner en valor el producto, que da sostenibilidad financiera y de ahí sale la inversión o la digitalización. También se debe elevar el poder adquisitivo de los empleados de nuestras empresas y ser capaces de defender los precios y los márgenes. El low cost pone en peligro la sostenibilidad financiera y la viabilidad de la compañía; hay que empezar a darle al producto español valor añadido.

 

 

 

 

 

 

P.: El empleo, la producción y la facturación del sector cayó en 2023. ¿Qué ha hecho mal el sector?

 

R.: Ha habido incertidumbre y eso perjudica el consumo. También es verdad que los que nos dedicamos a la moda somos como los agricultores, que dependemos mucho del clima, y este año ha sido un otoño terriblemente caluroso. La ropa de primavera-verano se ha podido salvar, pero los operadores del sector han tenido muchas dificultades a la hora de vender la ropa de otoño-invierno porque no ha invitado la climatología. Este puede ser, por tanto, otro de los puntos que hayan afectado a la evolución del sector.

 

 

 

P.: ¿Cuánto falta para recuperar el volumen previo al Covid?

 

R.: Yo creo que el consumo de moda, de manera general, lo ha recuperado, aunque es cierto que han cambiado algunos aspectos como el cliente, que es mucho más exigente. El empleo en esta ultima fase se ha destruido menos de lo previsto, pero sí que sigue bajo. Una de las principales debilidades del sector es que está atomatizado con empresas muy pequeñas para poder superar las situaciones adversas como la pandemia y muchas se quedaron en 2020, sin poder superar el Covid. El tamaño de la propia empresa es importante y uno de los retos es hacer crecimientos inorgánicos.

 

 

 

P.: Con los datos de hoy, se confirma el dato inédito de la caída de las exportaciones de moda en 2023, algo que sólo sucedió en 2020. ¿La moda española ya no gusta?

 

R.: Para nada. El principal cliente de España es Europa, tanto en moda como en otros sectores, y justamente nuestro continente es el mercado más afectado por la crisis de Ucrania. Alemania, por ejemplo, es uno de los países más tocados, igual que otros países europeos, y esto se nota en las exportaciones, que han caído por este contexto internacional negativo.

 

 

 

 

 

 

P.: ¿Qué anticipa que va a suceder con el consumo en 2024?

 

R.: Para 2024 los datos ya los tenemos: crecimiento ralentizado. Sin embargo, las perspectivas no son malas en caso de que la crisis del Mar Rojo se contenga. Por ejemplo, en cuanto a pérdida de poder adquisitivo de los españoles, se puede recuperar en caso de que baje la inflación y lo hagan también los tipos de interés. Si se aumenta el poder adquisitivo se beneficiará el consumo, pero siendo realista no va a ser un año de alegrías para el sector en ese sentido.

 

 

P.: Con el Mar Rojo de fondo, ¿Es la moda capaz de asumir una tercera crisis después del Covid y de la guerra de Ucrania?

 

R.: No es la tercera crisis, es la enésima desde 1995 (Ronda de Uruguay). Durante los últimos años hemos tenido también la crisis financiera de 2008 y la del 2023, que fue el segundo coletazo de la financiera, hasta que posteriormente llegó el Covid. Se supone que para superar las crisis gordas deben pasar 25 años, así que nunca nos hemos llegado a recuperar de la situación desde 2008. Las empresas deben ser competitivas, eficientes y para ello hay que apostar por la digitalización y poner en valor nuestros productos, así como apostar por la internacionalización. Estar preparados y con capacidad de adaptación y planes de contingencia por lo que pueda pasar, porque la situación el Mar Rojo puede afectar mucho al sector.

 

 

P.: ¿Qué tres cosas le pediría al Gobierno?

 

R.: Menos presión fiscal, más dinero en la caja de las empresas (por lo tanto, más capacidad de inversión de las empresas para poder generar riqueza y empleo) y ayuda a las empresas a través de financiación (con líneas de apoyo o incluso capital riesgo como en otros países). También le pido que genere un ecosistema favorable para las empresas. ¡Y valor añadido! Es la única forma de tener sensibilidad financiera y elevar el poder adquisitivo de los trabajadores.

 

 

 

 

 

 

P.: Sumar ha presentado una propuesta de no ley en la que emplaza al Gobierno a reunirse con los principales distribuidores. ¿Por qué los partidos políticos no se sientan con la moda?

 

R.: Yo creo que no debemos confundir política con economía. La política entra en todo, pero no se debe politizar la economía porque para eso están las patronales, que servimos para ser interlocutor entre la empresa y el partido político. Un sector tiene diferentes modelos económicos, todos legítimos, pero hay que hablar y legislar con la patronal y, por tanto, con las empresas del sector y nunca de espaldas, porque eso puede llevar a errores por desconocimiento en muchos casos.

 

 

P.: El sector pasará a estar hiperregulado en los próximos años. ¿Será algo bueno?

 

R.: No, no creo en la hiperregulación. Creo en la libertad de mercado, apostar por la calidad, pero en libre mercado. La regulación es intervencionismo. Pone en peligro la viabilidad de las empresas.

 

 

P.: ¿Todas las empresas van a ser capaces de prepararse?

 

R.: Sí, porque para eso hemos montado el Observatorio del Sector Textil y de la Moda y para eso sirven las patronales, para que las empresas se adapten y sepan transformarse al nuevo tiempo. Dejar un mundo mejor es bueno para todos.

 

 

P.: ¿La legislación podría llevar a la desaparición de operadores?

 

R.:  Podría ser. Con la hiperregulación siempre se asume ese riesgo y legislar de espaldas a un sector también lo propicia.

 

 

P.: ¿Cambiaría algo del panorama español de patronales de moda? ¿No sería mejor más unión?

 

R.: Todo es mejorable indudablemente, pero tenemos que facilitar la internacionalización e insisto en la necesidad de añadir valor añadido a nuestros productos. De momento, las relaciones entre patronales son buenas. Desde que pusimos en marcha el Observatorio del Sector Textil y de la Moda estamos trabajando juntos para adaptarnos a los nuevos tiempos.

 

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