Belleza y solemnidad en la arquitectura funeraria

[ad_1]


La arquitectura se encuentra presente en todos los momentos de nuestra vida e incluso después de que esta se termine. El 1 de noviembre es siempre una fecha marcada en el calendario por muchos como el momento de visitar a nuestros seres más queridos que nos han dejado. Sin embargo, está visita puede ser menos dolorosa dependiendo del lugar


Pabellón del cementerio de Dalmine, diseñado por cn10architetti (© cn10architetti | Gianluca Gelmini)

Dicen que la muerte llega cuando la gente se ha olvidado de ti, cosa difícil gracias al cariño y el recuerdo que nos guardan nuestros seres queridos, para quienes estas fechas de final de octubre e inicio de noviembre se convierten en un momento de reencuentro espiritual con sus seres más queridos.

Son muchas las personas que se afanan en visitar los cementerios y espacios sagrados en estas señaladas fechas, momento aparentemente doloroso pero que puede hacerse más llevadero si la visita se realiza en algunos de los cementerios más impactantes y bellos diseñados por los arquitectos con el mimo y la delicadeza que esta tarea requiere.


Cementerio de Père-Lachaise en París (© Getty Images)

Los cementerios han sido siempre concebidos como espacios sagrados y solemnes en los que poder velar a nuestros seres más queridos, pero la realidad es que, en muchas ocasiones, son pequeñas ciudades que merecen ser visitadas no solo por los familiares de aquellos que allí descansan, sino también por los turistas que desean encontrarse con lugares bellos y, habitualmente, poco transitados.

Ciudades de la zona del centro y norte de Europa se caracterizan en ocasiones por contar con sus cementerios como un espacio más de la ciudad, un parque por el que poder pasear sin necesidad de atravesar cerca alguna o de pasar ningún tipo de control más allá del autoexigido por el respeto que estos lugares se merecen. Entre los cementerios más famosos del mundo se encuentra el de Père-Lachaise en París, cercado pero con sus puertas siempre abiertas para que tanto propios como extraños paseen entre sus amplias avenidas y sus espacios ajardinados contemplando la monumentalidad de sus tumbas y mausoleos.


Cementerio de Père-Lachaise en París (© Getty Images)

Caracterizada por tener casi más agua que tierra firme, Venecia cuenta con una isla exclusivamente destinada para la finalidad de dar sepultura a nuestros seres más queridos. La isla de San Michele, también conocida como Isla de los Muertos, fue la primera gran obra encargada al arquitecto Mauro Codussi y también uno de los primeros edificios de carácter plenamente renacentista de la ciudad. Sus 460 metros de longitud y 390 de anchura convierten este lugar en un complejo funerario de gran interés, tanto por su carácter único como por su belleza y diseño.


Isla de San Michele, encargada a Mauro Codussi en el siglo XV y con ampliaciones posteriores (© Getty Images)

Con una cultura de la muerte diferente a la que conocemos en Occidente, los japoneses son grandes exponentes en este tipo de arquitectura, donde aplican a la perfección sus principios de diseño, dando lugar con ello a espacios tan bellos como la Capilla de Inagawa, diseñada por David Chipperfield, o el Cementerio Sayama Lakeside, diseñado en 2013 por Hiroshi Nakamura y NAP, cuya sublime cubierta flota sobre un frondoso bosque, permitiendo al visitante disfrutar de una experiencia espiritual en total armonía con la naturaleza.


Capilla de Inawaga, diseñada por David Chipperfield (© David Chipperfield Architects | Keiko, Yuna-Yagi y Edmund)


Cementerio Sayama Lakeside, diseñado por Hiroshi Nakamura y NAP (© Koji Fuji)

Arquitectura en todo su esplendor, sin necesidad de ornamentos ni florituras, es lo que muestra el cementerio de San Cataldo en Módena, diseñado por el arquitecto italiano Aldo Rossi, quien no dudó en dotar este lugar de su sello característico, reflejado en gran medida en el osario cúbico principal elemento de este cementerio que más tiene que ver con la imagen de la ciudad que con la arquitectura funeraria en sí misma.


Cementerio de San Cataldo en Módena, diseñado por Aldo Rossi (© Italy Villas)

También nos encontramos con diseños excelsos en este campo en países como Suecia, donde Asplund y Lewerentz fueron los encargados de diseñar el conocido como Cementerio del Bosque, nombre otorgado debido a la adaptación del mismo al bosque en el que se ubica. Además, este cementerio cuenta con uno de los crematorios más bellos que se puedan encontrar, diseñado por Johan Celsing en hormigón blanco, este espacio separado 150 metros el espacio principal del cementerio quedó completamente en bruto tras quitar los encofrados, dotando de gran esencia y materialidad al espacio.


Cementerio del Bosque, diseñado por Gunnar Asplund y Sigurd Lewerentz (© Getty Images)


Crematorio del Cementerio del Bosque, diseñado por Johan Celsing (© Ioana Marinescu)

Tampoco podía faltar la mención a esta arquitectura en uno de los países que vive la muerte con mayor pasión, México. El ejemplo más bello que podemos encontrar en este país que celebra la muerte de un modo tremendamente vitalista es la Funeraria Tangassi, diseñada por el estudio de la mexicana Tatiana Bilbao mediante un ejercicio compositivo y de color que aleja del lugar el pensamiento de la muerte.


Funeraria Tangassi, diseñada por Tatiana Bilbao (© Iwan Baan)

Por último, no podíamos terminar sin mencionar algunos de los mejores ejemplos de arquitectura funeraria de nuestro país, como son el controvertido Cementerio Municipal de Fisterra, que quizás no debería denominarse como tal pues poco se ha empleado para el fin con el que fue diseñado, ya que todavía no hay ninguna persona enterrada en el mismo. Otro gran ejemplo, ampliamente conocido y, por suerte o por desgracia (entiéndase la denotación) también ampliamente utilizado para su fin, es el Cementerio de Igualada, diseñado por Enric Miralles y Carme Pinós en 1994 y que cuenta con su propio diseñador entre sus habitantes.


Cementerio Municipal de Fisterra, diseñado por César Portela (© Estudio César Portela)


Cementerio de Igualada, diseñado por Enric Miralles y Carme Pinós (© Barcelona Secreta | @arquitasa)

Fotografías de Barcelona Secreta, Estudio César Portela, Ioana Marinescu, Getty Images, Iwan Baan, David Chipperfield Architects, Koji Fuji, Italy Villas y cn10architetti

[ad_2]

Source link