De antiguo seminario arzobispal a hotel de lujo en el epicentro de la moda de Milán

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El hotel ha mantenido intacta la entrada hecha por el arquitecto  Francesco Maria Richini en 1635 para el seminario (Foto:Getty)

El hotel ha mantenido intacta la entrada hecha por el arquitecto Francesco Maria Richini en 1635 para el seminario (Foto:Getty)

El primer seminario arzobispal de Europa, que se empezó a construir hace más de 400 años con la idea de albergar y formar religiosos, es ahora un sitio de descanso que rinde culto a la belleza, a la moda y a la dinámica comercial más pura.

El lujoso Hotel Portrait Milano ocupa la estructura del que fuera el Seminario Arzobispal de Milán, ubicado en el epicentro del llamado circuito de la moda en esta hermosa ciudad que es el principal centro financiero de Italia.

Se trata del aprovechamiento de una magnífica estructura antigua llena de riquezas arquitectónicas del siglo XVII que había caído en el abandono, al que ahora se le ha dado un nuevo uso que lo incorpora a las dinámicas de su entorno sin perjudicar el paisaje de una ciudad cargada de historia como lo es Milán.

El arquitecto italiano Michele De Lucchi y su equipo fueron los encargados de restaurar el histórico seminario.

La idea de convertir el seminario abandonado en un hotel de 5 estrellas fue de Valeriano Antonioli, el CEO de Lungarno Collection, empresa líder en gestión hotelera propiedad de la familia Ferragamo.

Antonioli ha dicho a Forbes que el proyecto surgió en un momento fortuito en el que logró ver un edificio abandonado, pero monumental, oculto a plena vista y tras varias averiguaciones, se enteró de que se trataba de un seminario arzobispal del siglo XVI, el más antiguo de Europa.

Para los que se dedican al mundo de los negocios es fácil detectar las oportunidades y este fue uno de esos casos, y aunque algunos pudieran criticar la transformación de un lugar espiritual a uno de ocio, se debe explicar que las paredes de la estructura ya ha visto muchas cosas que nada tienen que ver con religiosidad desde que se erigieron, hasta hoy.

La estructura bien merece una serie televisada con varias temporadas pues a lo largo de su existencia, y según el paso de guerras, gobiernos y conflictos, también fue biblioteca, hospital, cárcel e internado.

La historia de Milán en una edificación

Los últimos 400 años de Milán se reflejan en esta edificación (Foto:Getty)

Los últimos 400 años de Milán se reflejan en esta edificación (Foto:Getty)

Fue el mismísimo San Carlos Borromeo, en aquel entonces sin santidad confirmada, quien como arzobispo de Milán promovió la creación del seminario en 1564. Más tarde, su primo Federico Borromeo, que también se convirtió en arzobispo de la misma ciudad, mejoró la estructura con magníficos toques adicionales.

Bajo el mando del segundo Borromeo, el seminario fue dotado con un patio cuadrado que es considerado una obra maestra diseñada por los afamados arquitectos Pellegrino Tibaldi, Aurelio Trezzi y Fabio Mangone.

En 1635 el arquitecto Francesco Maria Richini le hizo un portal barroco que da a la calle Corso de Venezia que aún se mantiene y que desde aquel entonces contrastaba con las líneas limpias del resto de la estructura.

El portal está flanqueado por columnas esculpidas por Giambattista Casella y simbolizan la convergencia de la divinidad y la filosofía.

Por su céntrica ubicación siempre fue epicentro de situaciones históricas:

En 1774, durante el imperio de María Teresa de Austria, el seminario se convirtió en un internado para aspirantes a sacerdotes.

En 1796 el seminario pasó a ser un hospital para soldados heridos y prisión para cautivos austriacos después de que Napoleón Bonaparte y sus fuerzas entraran a la ciudad e incluso llegó a albergar brevemente el Ministerio de Guerra durante la República Cisalpina Napoleónica.

Fue usado por última vez como hospital militar durante la Primera Guerra Mundial y en la Segunda Guerra Mundial la estructura sufrió daños por los bombardeos.

En 1967 la Iglesia romana le encargó al reconocido arquitecto milanés Piero Portaluppi la restauración de la edificación, aunque en ese entonces permaneció casi siempre vacía, sin una misión definida, por lo que empezó a albergar más silencios que ruidos.

Pasó varios años en este estado de casi abandono hasta que en 1980 parte de sus instalaciones se transformaron en el taller del afamado arquitecto Mario Bellini a lo largo de una década.

En este taller, Bellini recibió la visita de Steve Jobs que, encantado con su trabajo, le pidió asesoramiento en el diseño de productos Apple.

Es durante esa década que Bellini alcanzó su máximo reconocimiento internacional en la exposición retrospectiva para honrar su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).

Después de que Bellini deja el seminario en 1990, la edificación cae casi en el olvido y sólo acoge algunos eventos y reuniones puntuales, hasta que el ojo del empresario de los Ferragamo se fija en ella y en su gran potencial.

El cuadrilátero de la moda

El seminario está ubicado entre las calles Corso Venezia, Via Montenapoleone y Via Della Spiga, que forman parte del llamado Cuadrilátero de la Moda de Milán.

Por eso resulta casi un milagro que la estructura haya pasado casi 30 años inadvertida por los empresarios del fashion business en la meca de la moda que es Milán.

Después de que Antonioli redescubrió la estructura en 2013, y el Grupo Ferragamo lograra conseguir los permisos de renovación y restauración en 2018, el seminario pasó a las manos de arquitectos y diseñadores expertos en trabajar sobre edificios antiguos respetando su legado cultural.

Por eso, y por toda la historia que se reúne en esa área, el arquitecto Michele De Lucchi, se emocionó al hablar del proyecto que se le había encargado: transformar el seminario en un hotel, sin perder la esencia de los anteriores diseñadores, así como permitiendo que se mantuviera el rastro de los Borromeo, el sello de María Teresa de Austria y el paso de Bonaparte.

“Esta es una gran oportunidad para demostrar nuestra habilidad de transformar edificios históricos, edificios antiguos, hechos bajo estándares del pasado con materiales que hoy no podemos usar y llevarlos a la contemporaneidad, a la vida de hoy, a la expectativa de la vida de hoy”, dijo De Lucchi en una entrevista publicada por Designboom.

El arquitecto, nacido en Ferrara, comenta que Italia es un país “extraordinariamente rico en historia, extraordinariamente rico en edificios antiguos y palacios” y se vive “como si lo antiguo dominara lo contemporáneo” y al mismo tiempo todos los habitantes se sintieran conectados por la increíble historia que se ha desarrollado a lo largo de cientos de años.

Fue así como en 2019 empezaron las obras de renovación, con De Lucchi y su estudio AMDL CIRCLE, dirigiéndolas con sumo cuidado para no perturbar el carácter histórico del edificio.

Los espacios interiores del hotel quedaron en manos del arquitecto Michele Bönan que es capaz de combinar lo tradicional con lo contemporáneo con elegancia.

El estilo de Bönan es “sentirse como en casa”, dijo a Forbes la gerente de marketing y relaciones públicas Sara Guerini que agregó que este arquitecto ha trabajado en otros hoteles de la Colección Lungarno en Roma y Florencia, así como en la residencia privada de los Ferragamo.

Es una mezcla del diseño de mediados del siglo pasado, con revestimientos de madera, paneles de ratán, suelos de madera y guiños a la manera italiana. Hay prevalencia de los colores verdes y rojos como se observa a menudo en los espacios residenciales de los milaneses adinerados de los 50 o 60.

En diciembre de 2022 se inauguró finalmente el Portrait Milano, el hotel de tres pisos y 73 habitaciones entre las que destacan 20 suites.

Todas las habitaciones tienen áreas de estar con semi-exteriores que dan al patio interno. También hay vitrinas con libros de arte y bocetos enmarcados de las solicitudes de patente de Salvatore Ferragamo para sus famosos zapatos.

El hotel cuenta con exclusivas tiendas, un spa de lujo y restaurantes a los que pueden acceder todas las personas que transiten por el cuadrado de la moda.

La plaza del centro del seminario fue bautizada recientemente como plaza pública por el alcalde de la ciudad y será de paso libre para todos los que transiten entre el gran bulevar del Corso Venezia y la meca de las compras de Milán.

El nuevo seminario invita a los visitantes y a los que se hospedan en el Portrait, a deambular por sus instalaciones, sobre todo si se trata de amantes de la moda, porque en la planta baja va a encontrar una sucursal de la boutique Antonia con marcas como Loewe y Sacai, así como un puesto de la cadena de restaurantes Beefbar.

También hay una tienda de SO-LE Studio, la marca de joyería lanzada por la nieta de Salvatore Ferragamo, María Sole Ferragamo en 2019 en la que se consiguen piezas hechas con el cuero y las virutas de latón sobrantes de las fábricas de zapatos y bolsos de la prestigiosa firma familiar.

Y por supuesto, no podía faltar una propuesta culinaria de lujo del propio hotel, el restaurante 10_11 dirigido por el chef Alberto Quadrio que ofrece un menú que contiene platos típicos de todas las regiones de Italia y servidos en el centro de la mesa para promover la costumbre de compartir.

Como es obvio suponer, las habitaciones cuentan con todas las comodidades, desde aire acondicionado, servicio de televisión con plataformas como Netflix, wi-fi libre y minibar, entre otros buenos detalles.

Una noche en el Portrait Milano puede costar poco más de 1.100 dólares en una habitación sencilla hasta unos 2.600 dólares la suite para cuatro personas, aunque los precios varían si los huéspedes desean tener la libertad de cancelar la reserva a última hora o incluir los desayunos.

La familia Ferragamo ha pasado casi tres décadas expandiendo su línea hotelera llamada Lungarno Collection con siete propiedades, pero los hoteles Portrait de cinco estrellas son considerados sus joyas.

Fuentes: Forbes, Designboom, Vogue, Lampoon Magazine

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