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Fueron tan famosas y virales que las incluimos en nuestro vocabulario. La frase ‘contigo no, bicho‘ o, en otras palabras, “la cobra verbal más efectiva e hiriente jamás pronunciada”, apunta Miki Nadal, se la dijeron a un chico llamado Carlos en abril de 2008. Un amigo suyo le grabó a la mañana siguiente para mostrar su indignación y ya es “historia viva de este país”, asegura el zapeador.
‘Sa matao Paco‘ surgió en 2010 y la pronunció un hombre cuando vio a un conocido caer rodando por una pendiente tras encontrar un balón perdido. Ahora todos la utilizamos cuando alguien se da un golpe o sufre una caída. Otra tiene su origen en una pintada de la fachada de una casa de Alcalá de Guadaíra, en Sevilla. Hablamos de la mítica ‘emosido engañado‘, una frase que “no puede tener más faltas de ortografía”, pero “resume la angustia vital del ser humano mucho mejor que la filosofía de Kierkegaard”, asegura Iñaki Urrutia. Una tuitera hizo una foto y lo subió para quedarse “para siempre en en nuestros corazones”.
Por último, no podíamos olvidarnos del “saludo universal por excelencia”, ‘Ola k ase‘. “Nunca un manejo tan deficiente del Paint y de la gramática española en general llegó más lejos”, señala Quique Peinado, pues fue tan repetida que, en 2013, un rapero llamado Lory Money la utilizó para crear una canción.
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