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Traducido por
Diana León Banda
Publicado el
5 oct. 2023
La maratón de las Semanas de la Moda del prêt-à-porter femenino, que arrancaron en Nueva York el 12 de septiembre, se trasladaron después a Londres y Milán, y terminaron en París el 3 de octubre, volvieron a la efervescencia prepandémica en cuanto a presencia internacional, plétora de ofertas y caos urbano. Para la primavera-verano 2024, las marcas navegaron sobre propuestas más bien clásicas, con abundancia de trajes de falda o pantalón, proporciones cómodas, piezas pequeñas, fáciles e intercambiables y colores polivalentes. Ante la incertidumbre del mercado, los diseñadores parecían a veces perdidos, oscilando entre piezas grandes y protectoras para la supermujer y conjuntos cada vez más ligeros y vaporosos que exageraban una feminidad desinhibida. Sin olvidar la ropa deportiva, que vuelve a aparecer en el armario.
1. Chic relajado
La silueta elegante y refinada, a menudo adornada con sombrero y guantes, ocupa un lugar central en las pasarelas, con un énfasis en la sastrería, con trajes elegantes, chaquetas bien cortadas y pantalones de talle alto. Las prendas de sastrería ya no son tan ajustadas como antes, sino holgadas y cómodas, cortadas con lanas impalpables y algodones frescos. Los diseñadores se centraron en una moda atemporal sin excesos, compuesta por prendas esenciales en tonos neutros fáciles de combinar entre sí, pero siempre pulcras y sofisticadas. Los vestidos son entallados, las faldas midi rectas con paneles o acampanadas con pliegues. Este fondo de armario veraniego para el día a día también incluye abrigos e innumerables piezas en cuero, vistas en todas las colecciones.
2. La camisa blanca
Es la prenda estrella del próximo verano. Clásica en popelín blanco, la camisa masculina, también disponible a rayas, se ha modernizado, con detalles y proporciones reelaborados. El cuello se frunce en Altuzarra, y las mangas se abullonan en Dawei y Sacai. Victoria/Tomas y otros reinventan la camisa tradicional. Asimétrica en Dior, con peto en Dolce & Gabbana. Elie Saab, Isabel Marant, Simone Rocha, Michael Kors y Ermanno Scervino añaden adornos de encaje. Valentino la transforma en chaqueta y, sobre todo, en vestido camisero, como en AZ Factory, Etro y Vaquera, que ofrece una versión gigante. En Y/Project, se transforma en un tejido de papel arrugado. Sencillo en Dries Van Noten. Ferozmente deseable.
3. Hombros XXL
El look masculino de hombros anchos es omnipresente en la pasarela y en la calle. Principalmente a través de chaquetas oversize con aire ochentero, pero también en abrigos o conjuntos más pegados al cuerpo, y en suéteres con hombros de futbolista americano. Los hombros expandidos, a menudo cuadrados (o puntiagudos en Rick Owens), contribuyen paradójicamente a feminizar una silueta al ceñirla en la cintura. En general, el volumen se ha apoderado de la ropa a través de diversos experimentos (Sacai, Comme Des Garçons, Duran Lantink), con la idea de proteger, pero también de enfatizar un look.
4. Transparencia
Frente a los caprichos del mercado y de la meteorología, los diseñadores oscilan entre la máxima protección del cuerpo, incluidos grandes y majestuosos pasamontañas, por un lado, y la exposición casi total con pechos y nalgas exhibidos sin pudor, por otro. El tul y la organza son los tejidos imprescindibles del próximo verano, con los que se confeccionan chaquetas, faldas, vestidos y pantalones. Muselinas y finos velos, a veces con efectos devorados (Ann Demeleumeester o Diesel), se superponen a las prendas, envolviendo a las modelos delicadamente como fundas hasta la cabeza (Issey Miyake) o dejando al descubierto el cuerpo.
Los diseñadores de moda varían sobre el tema. Explotan la vena boudoir con camisones, combinaciones afrodisíacas y lencería chic, siguiendo el ejemplo de Dolce & Gabbana y muchos otros. Los vestidos de encaje blanco o negro son una característica de Chanel y Dior. También juegan con el efecto nude y las transparencias color carne, en tul, nylon o tejidos elásticos ajustados, sobre los que a veces dibujan bonitos tatuajes (Balenciaga, Etro, Alberta Ferretti, Aigner).
5. Hombros al descubierto
La asimetría es el nuevo diktat, ya sea en vestidos, faldas o tops. En particular, los hombros están desnudos en todas las colecciones. En vestidos drapeados (Atlein, AZ Factory, Blumarine, Bottega Veneta, Burburry, Coperni), pero también en camisas (Balmain, Dior) o chaquetas smoking (Dolce & Gabbana). Sin olvidar, por supuesto, los pequeños tops. A veces, esta asimetría se consigue quitando la manga.
6. Plástico
El plástico, que se creía prohibido en las colecciones, vuelve con fuerza a las pasarelas. La diseñadora sueca Hodakova, entusiasta del upcycling, envuelve el cuerpo en film de plástico. Anrealage, Pierre Cardin y Dolce & Gabbana confeccionan prendas e impermeables con plástico transparente bordado con trenzas, mientras que Mugler esculpe con bustiers de gran impacto. Otros, como Avellano, trabajan con látex, o con materiales brillantes como el nylon, como Ujoh.
7. El short-culotte
Después de la minifalda, el microshort en formato braga se ha convertido en un fijo en los armarios femeninos. Son la prenda imprescindible del próximo verano. Prácticos, veraniegos por definición, sexys en tul y encaje, como bragas de talle alto, chic en terciopelo o seda (N°21 llega a añadir rayas laterales a sus shorts de satén para un efecto futbolero), los shorts están en todas las colecciones. Disponibles en cuero y denim, o como calzoncillo masculino, se pueden llevar en cualquier ocasión.
8. Drapeados
Como en temporadas anteriores, los modistos siguieron realzando el cuerpo de la mujer, devolviéndole su poder a través de creaciones a menudo escultóricas. Además del intenso trabajo sobre los volúmenes antes mencionado, los diseñadores también recurrieron abundantemente a la técnica del drapeado. Y no sólo para crear vestidos de gala. Se trataba de magnificar a la mujer con tejidos que se enrollaban, abrazaban, ondulaban y acompañaban curvas diagonales o en espiral, ya fuera en vestidos tubo, minivestidos, faldas o tops.
9. Rosas
La rosa, símbolo del amor y la pasión, aparece en varias colecciones. Balmain, en concreto, la ha convertido en el tema central de su armario para el verano 2024. Al igual que David Koma. Lo encontramos impreso en formato gigante en un vestido de noche de Alexander McQueen, esparcido aquí y allá en las prendas. Ramos de rosas quedan atrapados bajo el tul en Simone Rocha o Undercover en espectaculares vestidos terrarium.
10. Rojo
Este color fuerte y vibrante ya ha hecho notables incursiones en las colecciones de las últimas temporadas, pero para la primavera-verano 2024, se hace notar en destellos de brillo, añadiendo dinamismo a las paletas neutras, clásicas, pastel o en blanco y negro que han caracterizado la mayoría de las colecciones. Un total look rojo, o una pieza clave en rojo escarlata, granate, bermellón o rojo fuego, son imprescindibles en cualquier armario estival. Hermès ha dedicado casi toda su colección a este color.
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