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Si el objetivo de
Carolina de Mónaco en 2023 era vivir más tranquila, lo está consiguiendo. Ante la casi desaparición de la primera dama extraoficial de los focos muchos se preguntan si no ha sido su nuera,
Charlène, quién ha impuesto a la veterana princesa una agenda tan liviana como invisible.
Mientras los más amables, como la revista italiana Oggi, hablan de «jubilación dorada» otros no dudan en hacer un recuento de todas las ocasiones en las que
Carolina de Mónaco podría haber brillado, pero no lo hizo porque no estaba ni invitada.
Pero mientras un astro decae otros emergen y está claro que el nuevo glamour monegasco está buscando nuevas protagonistas con la
princesa Charlène a la cabeza. Con el apoyo de su esposo el
príncipe Alberto, Charlène ha decidido expandir su imagen reforzando la agenda de la fundación benéfica que lleva su nombre.
Pero a su lado hay más Grimaldi que solo su marido, también cuenta con el apoyo de la
princesa Estefanía, que ve cómo su hermana mayor pierde poder mientras ella misma lo incrementa.
Cómo se ha repartido el poder las mujeres de Mónaco
En la compleja trama de apariciones, desapariciones e intereses en la que se ha convertido la agenda monegasca,
Carolina de Mónaco parece haber renunciado a todo lo que no toque muy de cerca sus propios intereses.
Oficialmente Carolina ha sido siempre la cara visible de dos de las organizaciones más famosas de Mónaco: la
Cruz Roja y la
Fundación Princesa Grace. Pero en el último baile de la Cruz Roja Carolina de Mónaco ni apareció por allí.
Una ausencia previsible si tenemos en cuenta que Alberto proclamó a
Charlène vicepresidenta de la Cruz Roja cuando aún se encontraba en Sudáfrica y de baja por enfermedad en un intento por restar visibilidad a su hermana y despejar las sospechas sobre su posible divorcio.
En cuanto a los actos más relevantes de la
Fundación Princesa Grace, Charlène supo protagonizar el último gran evento de esta organización en Nueva York con un golpe de efecto que hizo que nadie se preguntara dónde estaba la mayor de los
Grimaldis: poniéndose por primera vez en público el diamante de su suegra, el «princesa Grace».
Por su parte la última vez que
Carolina de Mónaco se dejó ver en un acto oficial fue en una evento sencillo que la ponía en contacto con el ballet, una de las grandes aficiones que compartía con su amigo del alma, el diseñador Karl Lagerfeld.
La princesa Estefanía y su nuevo papel en el principado
Para no alimentar aún más los rumores de rivalidad entre Charlène y Carolina, parece que el
príncipe Alberto ha decidido escoger una tercera vía y asumir que necesita ayuda de sus hermanas pero no de la que aclipa a quién se ponga a su lado.
Mientras cada vez es más común ver a Charlène acompañada en los eventos de los Grimaldi acompañada por sus sobrinos Casiraghi (por supuesto, sin su madre cerca); para cosas más serias, como la celebración del centenario del nacimiento del
príncipe Rainiero, Alberto de Mónaco y Charlène han decidido que quien está al frente es la princesa Estefanía, una cara mucho más amable para Charlène que la de su cuñada mayor.
Porque si de algo no es sospechosa
Estefanía de Mónaco es de querer acaparar los focos, de hecho en su juventud hasta se peleó a puñetazos con los paparazzis. Sorprende por lo tanto que haya sido ella la persona en la que ha recaído la responsabilidad de organizar uno de los eventos más importantes de la agenda del principado este 2023: el centenario del nacimiento de su padre, el
príncipe Rainiero.
Se acaba de presentar la agenda con la que se festejará el nacimiento del marido de
Grace Kelly hace 100 años, y el proyecto tiene mucho más empaque que el célebre festival circense del que Estefanía es habitual.
Vídeo.
Charlène de Mónaco: la vida de la princesa triste
Si bien es cierto que la hija menos «bling bling» de la
princesa Grace también es conocida por la gala benéfica que organiza cada año para recaudar fondos para la lucha contra el SIDA, a nadie se la había ocurrido que podría hacerse cargo de los eventos que celebrarán la vida de
Rainiero, incluído un baile de gala que tendrá lugar el próximo 21 de octubre en el Casino de Montecarlo.
Seguramente, bajo cuerda, la
princesa Estefanía pedirá consejo a su veterana hermana curtida en organizar el Baile de la Rosa desde la muerte de su madre sobre cómo llevar semejante evento a buen puerto.
Pero estamos igual de seguros de que a pesar de que Carolina le echará una mano a su hermana no podrá apuntarse el tanto de esa ni de ninguna de las 29 veladas dedicadas a mayor gloria de su padre. Parece que su tiempo de eclipsar a
Charlène ha acabado para siempre.
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