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Camila, la reina consorte de Inglaterra tiene un gran reto, a pesar de que en la actualidad ha ganado popularidad y respeto, aún tiene mucho qué afrontar para lograr una imagen con tantos seguidores como Lady Di.
Es innegable que la Princesa de Gales sigue siendo la sombra detrás de Camila, con el pasar de los años ha ido disminuyendo, conforme la apariencia de la ahora esposa del Rey Carlos se ha renovado.
Es bien sabido que la imagen estética de Diana nunca llegó a ser igualada por Camila, esta última llevó por largos años su icónico corte Shagg, looks desenfadados que no llamaban los reflectores de la industria de la moda, dientes amarillos y piel deslucida por la cantidad de cigarrillos que fumaba durante el día.
Cuando llegó a ser la esposa del entonces príncipe Carlos, esa imagen despreocupada debía de cambiar a fin de adecuarse a los estándares de la familia real británica, un aspecto que se detalla en el libro de Bertrand Meyer-Stabley, en su libro Majesty.
Una pieza de literatura donde se dice que Camila se sometió a comunes, raros y dolorosos tratamientos de belleza para mejorar su apariencia e incentivar el cuidado de la piel del rostro.
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También se detalla que le fue recomendado dejar de fumar para ayudar a que el éxito del proceso se viera reflejado rápidamente.
Es por eso, que cuando se casó con Carlos, el actual rey de Inglaterra, el 9 de abril de 2005, entró a la capilla de San Jorge, en Windsor, con un corte de melena distinto, dejando atrás el pelo crespo, optando por hacer un Shagg más recto.
Ese cambio solo fue el principio de una gran lista, entre los tratamientos estéticos se encuentran el peeling y láser en el rostro para borrar líneas de expresión y arrugas marcadas, bótox en la frente y en los labios, blanqueamiento de dientes, veneno de abejas, entre otros.
Es quizás el veneno de abejas el tratamiento de belleza más raro al que se ha sometido Camila Parker Bowles (apellidos con los que comúnmente se le conoce), no se trata de un tratamiento estético invasivo como lo podría ser una cirugía, pero sí, es un procedimiento que tiene varios adeptos gracias a sus bondades y resultados.
El tratamiento estético con veneno de abejas en palabras de la gurú del cuidado de la piel, Deborah Mitchell, consiste en poner sobre la piel el veneno que se extrae de estos insectos y es excelente para controlar los músculos faciales ya que los tensa, reafirma y levanta, al tiempo que hidratar la piel.
El efecto antienvejecimiento número uno de Camila es el veneno de abejas.
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