El Santuario diocesano del Saliente se llena de belleza por la solemnidad de la Purísima

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Tan solo durante un par de horas, y únicamente cada ocho de diciembre, los peregrinos pudieron contemplar la sagrada imagen de Nuestra Señora del Saliente desde bien cerca. Antes, en la espectacular Biblioteca del Santuario, se pudo disfrutar con el concierto de “Almería Secreta”.

La Pequeñica, más cerca y con mayor calor de hogar

Desde hace unos años, el ocho de diciembre es una de las fechas más esperadas por los peregrinos. Con motivo de la solemnidad de la Purísima, la sagrada imagen de la Pequeñica – casi siempre tocada por la antigua “Corona de Perlas” – abandona por unas horas su camarín y puede ser venerada sin ningún tipo de cristal. Una peregrina, llegada desde la ciudad de Granada, confesaba: «He venido expresamente para verla cara a cara y, además, he traído a mis amigos porque no hay nada como vivir un día de la Purísima en el Saliente». Otros peregrinos, desde sus camas de hospital, enviaron sus mensajes para participar espiritualmente de esta jornada inmaculista.

Tras una sobria procesión, siempre al resguardo de las galerías del Claustro, la sagrada imagen fue instalada en la sala que suple al templo del Santuario, ya que éste continúa en proceso de rehabilitación. Allí, sobre un sencillo mantel blanco y adornada por flores silvestres, se han sucedido las plegarias de los peregrinos y los rezos solemnes del Santo Rosario y del Ángelus.

“Almería secreta” en la biblioteca del Santuario

Mientras tanto, en el precioso vestíbulo que se está dedicando a la memoria del canónigo y rector don Bartolomé Marín Fernández, se congregaron los participantes de “Almería Secreta”. Esta iniciativa de la Delegación de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, pretende poner en valor los enclaves más singulares de nuestra provincia con la organización de cuidadosos conciertos. Al Delegado que había organizado el acto, don José Ángel Vélez González, lo acompañaron la Alcaldesa albojense, doña María del Mar Alfonso Pérez y don Antonio Bartolomé Mena Rubio, Delegado de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural. También acudieron don Andrés García Ibáñez, gran artista y académico que actualmente trabaja en la ornamentación del templo, y don Joaquín Gilabert López, quien restauró a la sagrada imagen en 2014 y se ocupa de su conservación.

El Rector, don Antonio Jesús María Saldaña Martínez, les dio la bienvenida a todos y ofreció una breve síntesis de la historia del Santuario; invitándoles a que: «como sucede con todo buen secreto que se precie, al contároslo, vosotros os encarguéis de difundirlo y darlo a conocer a las mil maravillas». Él mismo condujo a los presentes a la Biblioteca que, con una disposición más apropiada para el concierto, presentaba una iluminación muy especial.

Los siguientes cuarenta minutos, casi de modo experimental, estuvieron protagonizados por el sonido de un único violín que recurrió a los grandes maestros para ofrecer unas versiones únicas de sus mejores composiciones. Los sinceros aplausos, que brotaban tras cada interpretación de don Jorge Jiménez, secundaron sus piezas barrocas y sus simpáticas explicaciones. De manera especial, aquellas composiciones con las que los oyentes más familiarizados estaban por su uso en el séptimo arte.

Al final, el Ayuntamiento de la Villa obsequió con los albojenses y célebres dulces navideños y el Santuario ofreció la calidez del anís; pues el día, aunque con algunas horas de sol, presentaba una temperatura gélida.

Solemne misa y procesión claustral

La música clásica cedió su puesto a la música sacra para comenzar la Misa solemne, tan especial por celebrarse a la misma vera de la sagrada imagen de la Pequeñica, y muy concurrida por unos abrigados peregrinos. En su homilía, el Rector no pudo evitar decir a los peregrinos: «Resulta imposible, al celebrar la Santa Misa en este lugar tan sencillo y modesto, no evocar lo que debieron ser las primeras celebraciones en la primitiva ermita de este Santuario. Y al hacerlo así, con tanto fervor y familiaridad con esta imagen tan venerada, no experimentar la viva presencia de Nuestra Señora. Ella, quizás más “pequeñica” que nunca, nos inunda de belleza y nos invita a contemplar la hermosura de la gracia de Dios».

Concluida la Santa Misa, con los gozos cantados por la organista doña Rosabel Oller Sevilla, se inició la procesión claustral para devolver la sagrada imagen a su camarín. Precedida por cirios y pétalos de flores, la comitiva recorrió las galerías y se cantaron las Letanías Lauretanas. El albojense don Pedro Gómez Carrillo, caballero legionario paracaidista que acaba de llegar de su brillante misión en el Líbano, veló por la seguridad de la sagrada imagen. Por último, con grandes vítores y aplausos, la sagrada imagen fue devuelta al camarín.

 

 

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