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Oaxaca de Juárez.- Una marea de miles de mujeres unidas marcharon como nunca en la ciudad de Oaxaca, en el marco de la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, este miércoles al filo de las 4 de la tarde.
Las calles se vistieron de verde, morado y negro con la presencia de miles de jóvenes, estudiantes, mujeres autónomas y diversas, lesbianas, activistas, madres víctimas de violencia vicaria, familiares de mujeres desaparecidas, exparejas de deudores alimentarios, profesoras y médicas.
“Estamos cansadas y hartas de que nos quieran imponer, de que cuarteen nuestras libertades, derechos y nuestras vidas, venimos todas juntas hoy porque el miedo y la impotencia se hacen chiquitos ante el coraje”, expresa desde el megáfono una mujer, cuya voz se agranda ante el megáfono.
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Carteles con todas las denuncias imaginables, con frases de fuerza y lucha enmarcaron el carácter combativo de las mujeres, quienes partieron de la Antimonumenta, frente a la Fuente de las 8 regiones, rumbo al Zócalo de la ciudad de Oaxaca.
La multitudinaria manifestación también convocó a mujeres extranjeras, quienes se integraron a la protesta; no obstante, a los hombres cisgénero no les fue permitido participar ni tomar fotografías o videos.
Algunos reporteros de medios locales y nacionales que acudieron pese a que no estaban convocados, fueron advertidos por las organizadoras, quienes les pidieron que dejaran de captar imágenes.
“Para mí significa representar a las que ya no están, luchar por las que ya no están, por mi hermana, por mi madre, por mi abuela, por mí, por los abusadores que en algún momento yo no pude decir a ninguna mujer a ningún padre que me había tocado, que me habían violado, y ahora estoy aquí con 20 años de edad, luchando por justicia para todas las que no pudieron decirlo también”, expresa a EL UNIVERSAL una de las jóvenes asistentes.
Más allá de las demandas generales, muchas mujeres asistieron con denuncias muy específicas, como una estudiante que acusó a las autoridades del Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca (Cobao) de encubrir a violadores.
También circularon fotografías de hombres acusados de violencia, de haberse llevado a sus hijos sin permitirles ver a su madre y de deudores alimentarios, entre otros.
“Yo estoy peleando por justicia para mis hijos y para mí; tengo dos años, dos meses y siete días que se llevaron a mi hija, tiene un año que no la veo, tiene más de ocho meses que no hablo con ella. Para mí marchar este día significa luchar por mis hijos”, expresa Iliana Acevedo, integrante del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria.
A su paso, la marcha dejó un rastro de tinta, aerosol y vidrios rotos, bajo el grito de “fuimos todas” y “estas mujeres sí me representan”; incluso irrumpieron en la Secretaría de Turismo, en donde dejaron pintas a favor de las mujeres.
La sed bajo los fuertes rayos solares del cielo oaxaqueño hicieron lo propio, y muchas mujeres apagaron su sed con aguas embotelladas y en vaso que fueron regaladas por algunos establecimientos o mujeres solidarias, quienes se apostaron con mesitas en el camino.
“Venimos hoy a recordarles que no les pedimos nada porque que no les debemos nada, aquí estamos las mujeres diversas, las personas no binarias, trans, lesbianas, trabajadores sexuales, mujeres con discapacidad, neurodivergentes, psicoactivas, no profesionistas, indígenas, afrodescendientes, niñas, estudiantes, maestras, lesbianas, trabajadores sexuales…”
Una tienda departamental y una farmacia, además de varias oficinas gubernamentales quedaron con las ventanas hechas trizas y las paredes pintadas de mensajes desbordados, por la furia de las mujeres que habitan el estado con más feminicidios en el país.
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En ningún momento se vio la presencia de las fuerzas de seguridad estatales o municipales, tan sólo algunas protecciones de madera puestas en ventanas y vallas metálicas que fácilmente cedieron a los primeros embates del Bloque Negro, que a martillazos y picos hizo añicos vidrios de los bancos.
Luego de más de tres horas de paciente marcha, poco después de las 19:00 horas la marcha llegó al Zócalo de la ciudad de Oaxaca, en donde las vallas metálicas colocadas el día anterior cayeron en cuestión de minutos, dejando al descubierto las paredes del palacio de gobierno.
Una fogata alimentada con los carteles de la marcha iluminó durante algunos minutos la frase que alguien escribió en aerosol negro, ante la puerta del palacio de gobierno, antes de que llegaran los bomberos. La frase decía: “Estado asesino”.
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