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En medio de un panorama económico desafiante, la industria de la moda está presenciando un movimiento sorprendente por parte de algunas marcas que
buscan recuperar a unos consumidores incapaces de enfrentarse a semejantes precios de venta con la bajada de estos.
Las marcas de moda directa al consumidor
Es el segmento de las marcas de moda directas al consumidor, DTC, donde se hace más evidente esta nueva tendencia de bajada de precios. Mediante estas
marcas, las empresas venden sus productos directamente a los clientes sin utilizar intermediarios, como minoristas o distribuidores; uno de los motivos
que hace entender que este sea el segmento en el que ha empezado a predominar dicha técnica.
Un ejemplo de este enfoque es la marca Wray, una marca sostenible que aboga por dar cabida a todas las tallas, fundada por la diseñadora Wray
Serna que, en una entrevista concedida a la revista de moda y estilo de vida Glossy, comentaba su decisión de reducir los precios de todos los
productos de su marca “en un rango notable del 15% al 20%”. Esta drástica medida viene después de años sin aumentos de precio y un mercado que ha sido
sacudido por una “disminución del 40% en las ventas de la marca a lo largo de este año”.
La determinación de Serna para mantenerse fiel a sus valores y comprender las preocupaciones de los consumidores es lo que le impulsó a tomar esta
acción. En un momento en que los precios de productos básicos como el café y los comestibles han aumentado considerablemente, mientras que los salarios
parecen estancados, los consumidores están buscando marcas que sean sensibles a sus luchas financieras, argumenta.
Esta empresaria y diseñadora de moda enfatiza en que esta reducción de precios es un intento de responder a estas preocupaciones y hacer que su marca
sea más accesible en un entorno económico desafiante. Por ejemplo, los vestidos que Wray vendía anteriormente por más de doscientos dólares
ahora se venderán por un poco más de ciento cincuenta. Es un margen más ajustado, pero que aún así, según los cálculos de la empresa, se traducirá en
ganancias, afirmó Serna. La esperanza, según esta, es que los clientes que se han abstenido de comprar durante el último año regresen en cantidades
suficientes para compensar el margen reducido a largo plazo y mantener el negocio sostenido.
Otra marca de moda sostenible Losano, con sede en Los Ángeles, redujo sus precios casi un 30% en julio. Losano, al igual que Wray,
lo hizo recortando sus propios márgenes, en lugar de implementar despidos o cambiar materiales reduciendo la calidad de estos.
¿Estamos ante una nueva estrategia de marketing?
No cabe duda de que estas marcas están tomando una posición audaz en un entorno competitivo y desafiante. La reducción de precios no solo refleja una
adaptación a las necesidades y preocupaciones de los consumidores, sino que también puede ser vista como un esfuerzo para mantener la lealtad de los
clientes existentes y atraer a nuevos compradores en medio de un mercado saturado. Para Wray Serna y otros líderes valientes, este enfoque representa
un equilibrio entre los márgenes de ganancia y la conexión genuina con los consumidores.
Si el entorno económico desafiante y la inflación es la causalidad más inmediata de la puesta en práctica de esta nueva técnica de ventas, la atracción
de esos clientes preocupados por los precios, la obtención de la lealtad de estos, el reconocimiento positivo de la marca respecto a otras menos
concienciadas, la diferenciación en el mercado y la generación de una demanda más elevada son, sin duda, las estrategias de marketing que pueden llevar
a un mayor número de marcas a probar esta técnica de bajada de precios.
Cada vez se da más importancia a la sostenibilidad y responsabilidad de la producción textil y ya no solo a nivel medioambiental y ético. Que una marca
de calidad se preocupe por la situación económica del comprador, con la garantía de no reducir la calidad del producto ni que la bajada de precios
suponga el despido masivo de la plantilla, crea en el usuario un nivel elevado de optimismo y confianza en la marca.
Será el tiempo quien dicte si esta estrategia podrá afianzarse y llegar, incluso, a las cadenas españolas o, simplemente, supondrá una breve solución
ante este panorama económico actual.
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