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La princesa Iman de Jordania se casó este domingo 12 de marzo con el financiero venezolano de origen griego Jameel Alexander Thermiotis en una ceremonia celebrada en la residencia del rey Abdalá y Rania, el palacio de Beit Al Urdun, en Amán, la capital jordana, frente a 150 invitados. Un enlace que fue la culminación de cinco días de festejos, como manda la tradición de los enlaces musulmanes.
Los invitados comenzaron a llegar a palacio en torno a las seis de la tarde de ayer, y fueron recibidos por los reyes en los jardines principales del palacio. En la lista se encontraban miembros de la familia real jordana como la princesa Muna, abuela paterna de la novia, la princesa Basma o la princesa Aisha. Sin embargo, se echó de menos la presencia de representantes de las monarquías europeas, con los que los reyes de Jordania mantienen una excelente relación.
La princesa Iman —segunda hija de los monarcas hachemitas y la primera de sus cuatro hijos en pasar por el altar— llegó a palacio cogida del brazo de su hermano mayor y heredero al trono, el príncipe Hussein. Para su vestido de novia, la princesa optó por un diseño de Dior de corte clásico, con escote cuadrado adornado de un delicado encaje con detalles florales. El cuerpo del vestido era liso y de líneas austeras, finalizando en una pequeña cola. La elección de la casa de moda francesa no fue ninguna sorpresa: el abuelo del novio, Jim Thermiotis, fallecido en Miami en 2018, fue el responsable de la firma en su país. Su madre, Rania de Jordania, siempre considerada una de las royals más elegantes, también se decantó para el gran día de su hija por un vestido de la maison, perteneciente a la colección de alta costura otoño 2022, confeccionado en seda plisada con bordados de tipo geométrico tanto en la zona del escote como en la de la cintura, con el cuello ligeramente fruncido de volantes y mangas afaroladas, en un color crema.
La entrada al salón fue sobria y sin música. La princesa, de 26 años, y el novio, Jameel Alexander Thermiotis, de 28, leyeron un verso del Corán después de firmar el acta de matrimonio frente al monarca e intercambiarse los anillos en una ceremonia que se transmitió en vivo por la televisión estatal. Posteriormente, el ya matrimonio accedía a otra dependencia del palacio donde se celebraba el convite, también retransmitido por la televisión, que no se perdió el momento en el que la pareja cortaba con una espada una tarta de seis pisos de altura.
“Felicidades, mi querida Iman, tu sonrisa siempre ha sido un regalo de amor que he atesorado desde el día en que naciste. ¡Os deseo a ti y a Jameel una vida llena de amor y risas!”, publicó su madre, la reina Rania, en las redes sociales. En su cuenta de Instagram acumula 7,7 millones de seguidores y en el que los últimos días ha ido compartiendo detalles de las celebraciones. “Un día como ningún otro. Gracias a todos por compartir nuestra alegría”, publicaba en otro mensaje. “Iman, rezo para que este próximo capítulo de tu vida te traiga tanta alegría, amor y risas como nos has traído a nosotros a lo largo de los años. ¡Felicitaciones a los novios!”, ha sido otro de los mensajes que acompañaba con una fotografía de los recién casados.
Aunque ayer fue el día de la boda, los festejos comenzaron cinco días antes. Siguiendo la tradición de los enlaces musulmanes, Iman participaba el pasado martes en la fiesta de la henna, conocida como Mehendi, en la que estuvo arropada por las mujeres de su familia y sus amigas más cercanas. “¡Cuánto amor en una habitación!”, escribió la reina Rania en su Instagram. Esa ocasión fue la primera vez en la que se vio a la novia vestida de blanco antes de darse el “sí, quiero” este domingo. Uno de los detalles más significativos del vestido que lució fue que decidió complementarlo con el mismo cinturón bordado lució su madre en su boda en 1993.
El anuncio de la fecha de la boda lo realizaba la propia Rania de Jordania a través de la publicación en su perfil de Instagram de un vídeo muy emotivo en el que repasaba la vida de Iman con imágenes de cuando aún era un bebé, además de otras en las que aparecía junto a su prometido. Lo hacía el pasado lunes y por sorpresa. “La primera vez que cargué a mi bebé, supe que mi vida nunca volvería a ser la misma. En una semana, ella será una novia. Mi preciosa Iman, estoy tan feliz por ti y tan orgullosa de todo lo que eres”, escribía la reina.
A comienzos de julio, la Casa Real hachemí anunció el compromiso matrimonial de Iman, la segunda hija de Rania y Abdalá, con el financiero de origen venezolano afincado en Nueva York, Yamil Alexander Thermiotis. La pareja se prometió en una ceremonia familiar a la que asistieron tanto los reyes jordanos como de los tres hermanos de la novia: el príncipe heredero Al Hussein, el príncipe Hasehm y la princesa Salma, además de algunos familiares del novio. “Mis más calurosas felicitaciones a mi querida hermana Iman ya su prometido Yamil por su compromiso. Les deseo una vida de felicidad juntos”, escribía el hijo mayor de los reyes en su perfil de Instagram tras el anuncio.
Yamil Alexander Thermiotis, de ascendencia griega por parte de padre, nació en Caracas en 1994. El joven tiene dos hermanos, Alexia y Alejandro y pertenece a una familia adinerada venezolana, pues el abuelo del prometido de Imán gestionaba la franquicia de Dior en Venezuela.
Esta ha sido la primera de las dos bodas previstas este año en la familia real jordana. El anuncio el pasado mes de agosto de la boda del príncipe Husein, de 28 años y heredero del trono, un mes después de la fiesta de compromiso de su hermana, la princesa Imán, llegaba en un momento propicio para devolver la alegría a la familia real de la dinastía hachemí, encabezada por el rey Abadalá II y la reina Rania. La noticia llega tras un annus horribilis de conspiraciones palaciegas, escándalos de corrupción y problemas de salud del monarca. La boda del heredero con la arquitecta saudí Rajwa al-Saif ya tiene fecha: el próximo 1 de junio.
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