La cantautora Anari reúne todos sus poemas en ‘Demoliciones controladas’

Como los grandes letristas que han reunido los versos de sus canciones en libros, Anari Alberdi (Azkoitia, 1970) publica las letras que ha entonado desde 1997, cuando editó su primer álbum, titulado como se le conocería desde entonces, ‘Anari’. Lo que antes fueron coros y estrofas se convierten, en esta segunda vida, en un hermoso, vital y contemporáneo poemario titulado ‘Demoliciones controladas’ (Pepitas ed.). La misma cantautora traduce del vasco al castellano sus palabras, un proceso que franquea el umbral de la literatura para armonizar, como un arreglista lírico, las ideas en esta reescritura.

Sobre esta cantautora con cinco producciones discográficas y colaboraciones con músicos como Ruper Ordorika, dice Bernardo Atxaga, en el prólogo de esta edición bilingüe: «Anari trata de salir una y otra vez de una oquedad en la que se siente presa, desembarazándose de los lodos que, lo mismo en su caso como en el de todas las personas que sienten y piensan, son la rémora de la vida, esa vida nuestra en la que, idealmente, como en el territorio de Nunca Jamás donde desear todavía servía para algo, el amor, los amores, deberían moverse como en una atmósfera diáfana».

El poemario avanza de las relaciones sentimentales que hacen mella a los veintitantos, hacia la construcción de la memoria y del recuerdo, en los pasajes de su segundo trabajo musical, ‘Nidos’ (2000), y la madurez que traen sus líneas más recientes, políticas y sociales en la medida en que se incorpora a la experiencia personal. «Para entonces no eras más que maleza, /porque la sombra duraba más que el árbol / arrancado hace un tiempo», de ‘Un epílogo’.

Anari comenzó como baterista de un grupo que cantaba en inglés, pero pronto se decidió por el euskera como expresión artística. Ahora, como en su poema ‘Mudar de piel por cuarta vez’, traslada al español, una lengua que domina como profesora de literatura hispánica, una obra que, esta vez, se recita.