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Al haber nacido fuera del matrimonio,
Alexandre Coste no figura en la línea de sucesión. Su madrina de bautismo – ha sido educado en el catolicismo – es
la princesa Estefanía. Su padre asistió a su ceremonia de confirmación, cuando tenía 14 años. El joven está terminando sus estudios universitarios en una Universidad británica. Tanto él como su madre han llevado una vida discreta en Mónaco, mientras crecía.
Hoy madre e hijo viven en Londres. Pero eso no ha impedido que Alexandre mantuviera una relación asidua con su padre,
el príncipe Alberto, y con otros miembros de la familia principesca. Alexandre no es el primer hijo extramatrimonial del Príncipe. Antes de él – y del
matrimonio con Charlène – nació
Jazmin Grace, fruto de la relación del príncipe con la camarera estadounidense Tamara Rotolo, que también lleva el apellido Grimaldi y que hoy tiene 30 años.
Jazmin Grace conoció a su padre, por primera vez, a los 11 años, y fue reconocida por
Alberto Grimaldi a los 14 años. Alexandre es muy amigo de Jazmin y de su prima
Pauline Ducruet, hija de Estefanía de Mónaco. Tanto Alexandre como Jazmin están incluidos en el testamento de Alberto de Mónaco. El heredero al trono es Jacques, el mellizo de Gabriella, nacido del matrimonio con Charlène Wisttock. Nicole Coste ha coincidido, en algunas ocasiones, con la princesa Charlène en las pruebas de Fórmula I e incluso en el
baile de la Cruz Roja.
Cómo es realmente la relación entre Nicole Coste y Charlène de Mónaco
Sin embargo, la relación entre
Nicole Coste y Charlène de Mónaco es tensa. En una entrevista concedida a la revista francesa ‘Paris Match’, en 2022, tras mantenerse 16 años sin hacer declaraciones, Coste criticó a la princesa porque, según ella, había colocado el dormitorio de su hijo en el área de los empleados, en el palacio Grimaldi, antes de casarse con
Alberto de Mónaco. El príncipe calificó las declaraciones de «inapropiadas».
Hoy, Nicole Coste vive volcada en
su hijo Alexandre y ha abandonado de nuevo su silencio para conceder una entrevista exclusiva, esta vez a la revista francesa ‘Point de vue’, junto a Alexandre, con motivo de su próximo cumpleaños. El joven asegura a la publicación que ha recibido una educación estricta pero moderna y que se considera un joven bueno y cortés.
Su madre declara sentirse muy orgullosa de la persona en la que se ha convertido el joven, aunque permanece muy pendiente de él, para protegerle de la atención mediática que ha recibido en los últimos años, y que se considera su madre, pero también su amiga. Su preocupación principal, según explica a la revista, es que termine la Universidad y luego haga un master. Según ella, es un joven calmado y, a un tiempo, «una fuerza de la naturaleza».
Una relación afectuosa y llena de confianza entre madre e hijo
Nicole Coste confiesa que habla con el joven de sus relaciones amorosas y que quiere para su hijo una joven con verdaderos valores, que se integre bien en su familia y que no le haga daño. Pero también quiere que su posible nuera sea guapa, porque, según ella, las personas bellas en su interior, también lo son en su exterior. La exazafata asegura que, frente a lo que pueda parecer, no le ha educado sola, que su padre,
Alberto de Mónaco, se preocupa por él, y que están muy protegidos allí donde van, sea Ginebra, Nueva York, Londres o en Mónaco.
Alexandre recibió algunas propuestas para desfilar, aunque era todavía menor. Hoy ya no se imagina convertido en modelo, aunque de adolescente le pareció divertido. Pero Alexandre es bien consciente de que su padre es un príncipe y un jefe de Estado. Si se tratara de una propuesta para ser el embajador de una marca, no le parecería mal. Por el momento realiza estudios de negocios y gestión empresarial, en Reino Unido, pero esperará todavía un tiempo antes de decidirse por una vía.
Eso sí, tiene claro que le gustaría fundar su propia organización caritativa. Le preocupa ayudar a los demás, y también el cuidado del medio ambiente. En la entrevista asegura que tiene la suerte de contar con un huerto biológico y poder alimentarse de manera sana. Juega al fútbol, al baloncesto y al golf. De niño montaba mucho a caballo con su madre. También le gusta el arte, que ha redescubierto recientemente, y jugar al ajedrez.
El joven Alexandre cuenta que vivió una infancia tranquila. Explica que su padre permanece en su corazón igual que su madre, que tiene la suerte de que ambos son buenos padres. Nunca se sintió desgraciado en su infancia, ni observado de manera diferente por ser hijo de quien era. Lleva el apellido Grimaldi –un hecho que se hizo público cuando Alexandre tenía dos años– y está orgulloso de ello, y considera malas personas a los que le han llamado con el apellido de su madre.
Dice que, en un futuro, no dudará en tomar medidas legales si se siente ofendido. Considera, por ejemplo, una ofensa que le hayan llamado ilegítimo, porque al nacer, ni su padre, ni su madre tenían una relación adúltera. Alberto Grimaldi le reconoció voluntariamente, sin mediar un juicio. Alexandre concluye que se considera un hombre feliz. En un futuro piensa poder colaborar con su padre, aunque no explica cómo.
Mantiene buenas relaciones con Jazmin Grace, a la que adora, con sus primos y con sus hermanos Jacques y Gabriella que, dice, le inspiran ternura.
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