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“La cárcel, por definición, es un sitio donde no haces lo que quieres”, explica Rato, quien estuvo detenido en la cárcel de Soto del Real, la prisión más famosa de Madrid.
Permaneció allí dos años y tuvo la suerte de coincidir con la llegada de un grupo de presos del proceso del ERC, esto es, del proceso soberanista pertenecientes al partido Izquierda Republicana de Cataluña.
Pero nada más lejos en su relato del laberinto político actual, en el que Alberto Feijóo, candidato del Partido Popular que obtuvo una exigua mayoría de votos no logró formar Gobierno, mientras que el presidente del PSOE,Pedro Sánchez, tiene ahora su chance para evitar una “repetición electoral”. Aunque su destino político está precisamente en manos de los catalanes y sus demandas. A cambio de su apoyo: referéndum y amnistía. Concesiones más que filosas para llegar al poder.
Pero Rato ofrece una mirada totalmente concreta y prosaica: hicieron la diferencia entre poder subir a ducharse después de hacer ejercicio o tener que esperar a que abran la celda.
Hasta cuenta lo amable que era Oriol Junqueras (líder del ERC) y cómo se cuidaban de no hablar de política.
Sobre la amnistía no quiere hablar pero lo insinúa. No le gusta nada la idea.
– No es que quiera traerlo de vuelta a la actualidad pero me llamó la atención una anécdota que cuenta en el libro sobre cómo le hizo un poco más fácil la vida en la prisión la llegada de los presos del proceso del ERC, y cómo Junqueras le dio clases de física cuántica.
– Sí, nos dio clases a mí y a otros tres o cuatro domingos por la tarde. Es un hombre muy didáctico, que yo creo que debe haber sido profesor. Y la verdad es que era muy agradable y tampoco había mucho más que hacer los domingos por la tarde en el Soto del Real. Empezábamos con la física cuántica y terminábamos hablando muchas veces de historia.
– Igual podían jugar al ajedrez…
-Sí, lo que no hacíamos era hablar de política.
– Me arriesgo y le pregunto. ¿Qué le parece este pedido de amnistía y referéndum que están haciendo los separatistas? ¿Lo están manipulando a Sánchez y a su hambre de poder?
– Hombre, teniendo en cuenta que yo tengo que ir a juicio dentro de un mes, qué quiere que le diga sobre la amnistía. Creo que habrá muchas personas en España que pensarán lo mismo que yo. No sé qué decirle sobre la igualdad de los ciudadanos ante la ley.
– Queda claro.
– Queda claro, ¿no?
– No sé por qué desde su llegada dejaban las celdas abiertas y permitían que entraran y salieran con más libertad…
– Cuando ellos llegaron se produjeron dos hechos en beneficio de todos. Uno es que las celdas están abiertas todo el día, lo cual antes no sucedía porque a las ocho y media de la mañana salías y se cerraban hasta la una y media o dos menos cuarto y después a las cuatro y media de la tarde volvías a salir, y ya no podías volver hasta las siete y media, ocho.
Mientras que gracias a ellos, la dirección de la prisión las tenía abiertas todo el día y eso es muy cómodo para ducharte, para subir, para leer, para ir al baño, para dormir o para lo que te dé la gana.
Y segundo, las personas que teníamos que asistir a otro juicio, como era mi caso porque tenía que ir al juicio de Bankia, pues en vez de comer una comida fría y escasa que nos daban al salir de prisión, pues comíamos caliente de un catering. Esas dos cosas se las tenemos que agradecer.
– ¿Por qué tenían ese poder los separatistas o por qué generaron ese cambio?
– No lo sé, eso no lo sé. Eso se lo tienes que preguntar a la Dirección General de Prisiones. Pero eso pasó así.
– Me imagino la diferencia que hace. El encierro es algo tremendo. Porque salvando las enormes distancias, sólo con la pandemia todos tuvimos un mínimo atisbo de lo que es el encierro. Entonces la posibilidad de entrar y salir de la celda debe ser algo que cambia por completo la dinámica de la cotidianidad de la prisión.
– La cárcel, por definición, es un sitio donde no haces lo que quieres. Todo lo que sea mejorar la posibilidad de hacer lo que quieres, pues es una ventaja indudable.
El poder subir a tu cuarto, después de hacer ejercicio, ducharte, cualquier otra actividad personal o simplemente dormir o leer, estar más tranquilo. Todo eso mejora mucho tu confort, tu vida diaria y sobre todo te da algo que en la cárcel vale mucho, que es hacer lo que quieras, aunque sea muy poco.
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