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¿Quién está detrás de la matriz de Digi? La pregunta ronda desde hace varios años en el sector de las telecomunicaciones después de que la operadora de origen rumano revolucionara el mercado español tras su desembarco en 2008 hasta convertirse en el cuarto operador local tras la fusión de Orange y MásMóvil. Es además, el principal candidato para quedarse con los activos que eventualmente la Comisión Europea obligue a vender a estas dos compañías para autorizar su joint venture.
En este sentido, según ha podido confirmar THE OBJECTIVE la matriz de la compañía tuvo en su nacimiento -y al menos hasta mediados del año 2017- un fuerte apoyo en su accionariado a dos sociedades radicadas en Luxemburgo y Chipre que fueron claves en su consolidación financiera a las puertas de su salida a bolsa y cuando comenzó su fuerte expansión en todo el continente.
Luxemburgo y Chipre, dos países en los que tradicionalmente se crean sociedades para pagar menos impuestos y donde hay una máxima discreción para evitar cualquier tipo de seguimiento, tanto de socios como de vinculaciones empresariales. Es el caso de los exsocios de Digi Communications NV, el nombre oficial de los dueños de Digi. Es así como Carpathian Cable Investment Ltd tenía el 19,7% de la compañía y Celest Limited el 5,32% al cierre del 31 de diciembre de 2016, según los propios estados financieros de la matriz.
Ampliación de capital de 2017
La primera estuvo radicada en Luxemburgo con un capital social de 1,3 millones de euros. La actividad de la compañía se centró en la inversión en activos comerciales, industriales o financieros, en asociación con otros socios, aunque la opacidad de la información sobre las empresas registradas en este país y la eliminación de la sociedad del registro de comercio luxemburgués en noviembre de 2018 hace imposible realizar un seguimiento de sus socios o vinculaciones.
En el caso de Celest Limited, estuvo registrada en Chipre desde agosto de 1995 hasta abril de 2019 y sus directores fueron Matthias Karl Heinrich Eckerts, Nestor Nestoros y Souzan Kalogreadou. Al igual que Carpathian Cable, cualquier intento por acceder a más datos de esta compañía resulta inaccesible por la legislación y extrema discreción con la que Chipre otorga a las sociedades radicadas en su territorio.
Estas dos sociedades aparecen como socios (y siempre con la misma participación accionarial) desde el 1 de enero del año 2012 hasta finales de 2016. A mediados de 2017 estas dos sociedades se diluyen en el capital tras la salida a Bolsa de Digi y la creación de dos tipos de acciones (tipo A y B), por lo que desaparecen de los registros oficiales.
Fundador de Digi
Así, en los resultados financieros oficiales aparecen a partir del 31 de diciembre de 2017 identificados sólo tres grandes tenedores con acciones clase A: RCS Management S.A con un 57,87% del capital, sociedad propiedad del fundador de la compañía, Zoltan Teszari, quien además tiene otro 2,28% de la compañía a título personal y DIGI-treasury shares con un 4,41%
El resto del capital de acciones clase B se divide en «accionistas de la Bolsa de Bucarest» con un 34,81%, ( y en otro 0,64% para DIGI – treasury shares) pero no se detalla el nombre de estos tenedores del capital de Digi en ningún informe de la compañía ni en la Bolsa de Rumanía. De esta manera, se pierde todo rastro oficial de Carpathian Cable y Celest Limited.
Lo que nunca ha cambiado ha sido el dueño de la mayoría de la compañía: Zoltan Teszari, que siempre ha tenido en torno al 60% de Digi y sigue dirigiendo la empresa desde su fundación. Teszari, nacido en septiembre de 1970, es uno de los hombres más ricos de Rumanía, pero extremadamente celoso de su vida privada: no le gusta aparecer en la prensa, casi no existen fotos de él en público, casi no sabe nada de su familia ni vinculaciones e incluso no habla con los propios directivos de la compañía, según se especula en los diarios rumanos.
Salida a Bolsa
De carácter austero y conocido como «el millonario sin rostro» de las pocas cosas que se conocen de él es su afición por el judo, que practicó de manera semi-profesional en su juventud. Allí coincidió con Marius Vizer, otro hombre de negocios rumano y presidente de la Federación Internacional de Judo. Vizer es, a su vez, amigo del presidente ruso Vladimir Putin, presidente honorífico de esta misma federación hasta antes de la guerra de Ucrania y entusiasta de este deporte.
En 2004, Teszari fundó junto a su histórico socio Ioan Bendei, Digi TV, germen de la actual Digi, tras la liberalización del sector de las telecomunicaciones en Rumanía y siempre desde su sociedad RCS Management. Luego comenzaría su expansión por otros países de Europa del Este y llegaría a España en 2008, siempre con una agresiva estrategia y con una financiación bancaria creciente que la mantiene actualmente con una deuda superior a los 1.200 millones de euros.
Sin embargo, la salida a Bolsa de la compañía no fue fácil. En 2018 y pocos meses después de su estreno en el parqué la Autoridad de Supervisión Financiera (ASF) de Rumanía anunció una investigación sobre «todos los aspectos derivados de información aparecida sobre las inversiones de fondos privados de pensiones realizadas en acciones de Digi Communications».
Acusaciones a directivos de Digi
El anuncio del regulador se produjo después de que el asesor económico de la primera ministra Viorica Dancila, Darius Valcov, lanzó varias acusaciones sobre la cotización del grupo de telecomunicaciones cuestionando las inversiones que los fondos de pensiones locales hicieron en la empresa. Digi rechazó las declaraciones de Valcov diciendo que formaban parte de una campaña de difamación en su contra.
Valcov sugirió que por entonces las deudas de Digi eran más altas que los activos del grupo, lo que se traduciría en un patrimonio neto negativo. Sin embargo, según el informe semestral de Digi de 2018, la empresa tenía en esos momentos activos totales de 1.510 millones de euros y deudas totales de 1.360 millones.
Por otro lado, en febrero de 2018 Digi anunció que un tribunal de los Estados Unidos desestimó la demanda presentada por algunos ciudadanos estadounidenses contra la compañía y de varias de sus filiales, por considerar que no tenía jurisdicción para juzgar los hechos. Se trató de una disputa accionarial por sociedades propiedad de Digi Communications y en la que empresarios de EEUU acusaron a directivos de Digi de no respetar determinados contratos de compra de derechos accionariales y de apropiación de fondos que originalmente estaban destinados a estas acciones.
Otras disputas
Otro de los casos que salpicó a directivos de la compañía fue en 2017 con el chantaje a Ioan Bendei, histórico socio de Zoltan Teszari y hasta entonces consejero delegado. Sorin Alexandrescu, del grupo de televisión Antena, fue condenado por chantajear a Bendei para que RCS (dueña de Digi) firmara un contrato de cinco años por valor de 6,5 millones de euros anuales para retransmitir todos los canales de televisión de esta cadena Los fiscales afirmaron que el directivo de Antena planeó una campaña de desprestigio contra RCS si no se firmaba el contrato.
Una disputa entre las dos compañías que también tuvo otra derivada ya que anteriormente RCS había bloqueado los canales Antena de su plataforma de televisión. Ioan Bendei abandonó RCS a principios de 2019 dejando su cargo de consejero delegado que mantuvo casi desde la fundación de Digi. Fue sustituido por Serghei Bulgac.
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