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Olivia Palermo (Nueva York, 1986) no se pierde en el efectismo de la industria de la moda. Aunque su vida y su trabajo estén rodeados de estímulos (entre front rows y prendas extraordinarias con las que la mayoría perdería la cordura), la empresaria americana, referente fashion internacional desde hace más de una década, trabaja a conciencia para permanecer en equilibrio. «Parte de mi crecimiento consiste en tener claro que el bienestar interior es clave. No creo en seguir la inercia», nos cuenta durante la sesión de fotos.
Serena, y siempre sonriente, la socialité ha estado ocupada con su firma de belleza, Olivia Palermo Beauty, pero ya está lista para más, y en noviembre lanzará una colección cápsula con la marca española Scalpers. «Estoy feliz de poder diseñar este pequeño conjunto de prendas que verá la luz muy pronto».
Ella personifica el empoderamiento a través del estilo –«la evolución personal implica cambios y la moda te los brinda»–, y reivindica su capacidad como instrumento para la experimentación: «Descubrí mi pasión viendo la alta costura de Giambattista Valli, y ahora la moda es mi vida. Aporta mucha belleza al mundo y a nuestro día a día, sentirse creativo es realmente importante. Nos servimos de ella cotidianamente, sólo se trata de descubrir cuál es la que mejor va contigo».
De hecho, y pese a rodearse de las firmas más maravillosas y exclusivas del planeta, su lema siempre es el mismo: «No importa el precio, si algo es genial, es genial», y con él reivindica (y practica) el consumo responsable de marcas accesibles, que reutiliza de manera constante. Aun así, Olivia reconoce que su armario ha alcanzado cotas inabarcables, razón para contratar un servicio de almacenamiento de ropa online que descubrió viendo Sex And The City.
En sus palabras hay pasión y sensatez, un combo que pone también al servicio de los demás. Así, colabora desde hace años como embajadora en Dress For Success (organización sin ánimo de lucro que ayuda a mujeres a lograr independencia económica, proporcionándoles una red de apoyo). «Mi mánager, Derek, y yo las ayudamos a sentirse más seguras y estupendas a la hora de volver al mundo laboral».
Siempre elegante e innatamente discreta, algo que le viene de cuna (en el fondo y en la forma), Olivia reconoce que los pilares de su vida son su marido, Johannes Huebl, con el que se casó en 2014, su labor creativa en el mundo del diseño y la belleza, y una férrea rutina que envuelve toda su vida y que es su fuente de salud física y mental: «Ejercicio, alimentación sana y meditación a diario son fundamentales para mí».
Sigue el método de Tracy Anderson desde hace más de diez años, practica pilates con su marido y este verano han estado los dos en Vivamayr, un spa terapéutico que da suma importancia a la nutrición personalizada. «Lo que comemos se refleja en todo lo demás», insiste.
También, cada mañana, antes de su entrenamiento, dedica media hora a meditar y al yoga. «Tengo muchas cosas en la cabeza y esto me ayuda a despejar la mente y mantenerme centrada. Se lo digo a todas mis amigas: “Tómate tiempo para ti y resetea a lo largo del día”». Nos suscribimos a su receta de la felicidad.
*Maquillaje: Iván Gómez (One of Artist). Peluquería: Paula Soroa (Ten Agency). Ayudantes de estilismo: Silvana Cruz y Daniela Martín. Agradecimientos: Ten Agency
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