Peter Thiel, el inversor gay y ultraliberal que desató el colapso bancario del Silicon Valley Bank

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Peter Thiel, milmillonario fundador de PayPal, es el señalado por iniciar una oleada masiva de retiros del Silicon Valley Bank que ha desestabilizado una parte del sistema bancario mundial.

Pocas figuras hay más controvertidas y atípicas que Peter Thiel en Silicon Valley. Se ha declarado enemigo del big tech pero se hizo de oro tras vender las acciones de Facebook como primer inversor externo en 2004. Defendió el futuro de las criptomonedas como reemplazo del dinero tradicional en una conferencia en Miami poco después de que su fondo de capital vendiera todas sus inversiones en esos activos. Y ahora muchos le culpan de haber desatado el pánico bancario que precipitó la implosión del Silicon Valley Bank (SVB) que hoy tiene en jaque a una parte del sistema bancario mundial.

No son las únicas hazañas en su hoja de bitácora. En realidad nada en su trayectoria tiene desperdicio. Este inmigrante alemán de 55 años, nacido en Frankfurt en octubre de 1967, es fundador de dos gigantes tecnológicos como PayPal y Palantir, con una fortuna personal por encima de los 8.000 millones de dólares, según Bloomberg. Es gay, abiertamente conservador -donó millones de dólares a la campaña de Donald Trump- y está metido de lleno en inteligencia artificial, la prolongación de la vida y el seasteading, la ilusión de crear viviendas en el mar al margen de cualquier gobierno o país. “Creo que si hubiera competencia en el gobierno, nos iría mucho mejor”, sostiene.

Con solo 6 años comenzó a jugar al ajedrez y con el tiempo se acabó convirtiendo en uno de los mejores jugadores de Estados Unidos. Ganó además un concurso de matemáticas en California a nivel estatal antes de ir a estudiar filosofía a Stanford, donde se graduó de Derecho y logró el doctorado en 1992.

Bien podría haber dedicado su vida a las leyes pero tras siete meses y tres días de tedio e irrelevancia trabajando para una firma financiera en Nueva York, se pasó directamente al mundo de los agentes de bolsa. A su regreso a California, comenzó a explorar ideas de inversión y con un millón de dólares de capital prestado fue tanteando el terreno. Se acabó decantando por los pagos digitales. En 1998 fundó PayPal junto a Max Levchin y Luke Nosek. Hoy la firma vale 84.000 millones de dólares. Thiel se la vendió cuatro años más tarde a eBay por 1.500 millones antes de emprender su siguiente proyecto.

FACEBOOK

Tampoco le fue mal con la operación de Facebook. Invirtió medio millón de dólares por un 10,2% de la empresa fundada por Mark Zuckerberg y vendió su parte en 2012 por más de 1.000 millones de dólares. Ahora capitanea uno de los fondos de inversión más relevantes de Silicon Valley, el Founders Fund. Fuentes cercanas a la empresa han señalado que se retiró todo el dinero del fondo de SVB el jueves por la mañana, horas antes de que se produjera el colapso del banco del que dependían cientos de miles de personas en el área de la bahía de San Francisco y una montaña de startups.

Aún así, Thiel ha asegurado que todavía tenía 50 millones de su propio dinero cuando se produjo la crisis de la entidad bancaria, según le explicó al Finantial Times. Dijo que no lo hizo porque no creía que el banco fuera a quebrar. Su cuenta, con menos del 1% de su fortuna personal, quedó congelada cuando la FDIC pasó a controlar la entidad. La intervención de la Reserva Federal el domingo le devolvió el acceso a sus fondos.

De acuerdo a personas cercanas al banco, el fondo de Thiel fue uno de los primeros en avisar a sus clientes del riesgo en que se había convertido SVB, lo que pudo haber desatado el pánico y el retiro masivo de fondos. En solo 24 horas se sacaron 40.000 millones de dólares de la entidad. Las acusasiones no se hicieron esperar. “Debería haber más escrutinio sobre Peter Thiel y Bill Ackman (otro inversor multimillonario) por gritar fuego en un teatro lleno de gente en este colapso de SVB”, escribió en Twitter la periodista de CNBC, Sara Eisen.

Sus críticos sostienen que se podría haber evitado el caos si se hubiera dado más margen al banco para actuar y salir del agujero por sí mismo. El precipitado retiro de fondos fue el golpe definitivo a la institución. Pero Thiel parece estar por encima del bien y el mal a estas alturas. Su poder en Silicon Valley es enorme. Su fondo de inversión ha ayudado a levantar gigantes como Airbnb, Spotify, Yelp, Yammer, Linkedin o la misma Palantir, otra empresa bautizada en honor a su fascinación por El señor de los anillos, la saga J.R.R. Tolkien. El tropiezo de SVB no parece alterar su hoja de ruta en lo más mínimo ni perturbar su ya de por sí dudosa reputación.

Además de su sueño de formar sociedades propias en medio del mar, donde no existan más regulaciones que las suyas y las de sus socios, está la idea de prolongar la esperanza de vida más allá de lo humanamente previsible con el uso de tecnología y avances científicos. Se ha apuntado a la criopreservación con el objetivo de que pueda ser revivido por la tecnología existente en un futuro. Un personaje para estudiar con detenimiento.

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