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25 de diciembre 2022
VOCES FEMENINAS
Hoy tengo el gusto de escribir sobre lo acontecido en Poesía Lunar, donde los encuentros semanales, son con poetas de diferentes países latinoamericanos, convocados por el Maestro Abel Pérez Rojas.
Todos los lunes nos fuimos encontrando para leer, intercambiar y analizar las obras literarias de poetas mujeres que vivieron en otros tiempos, en diferentes contextos.
Abrimos la puerta de cada uno de sus mundos, nos sumergimos en sus versos, nos enamoramos del modo que encontraron para darle vuelta con las palabras a los infortunios de sus vidas. Fuimos tejiendo relaciones entre nosotras, hablamos de poesías y presentamos nuestras obras. En lo personal le puse voz a mis poemas.
Pudimos establecer una línea de tiempo que nos invitó a transitar por las obras de varios países: México, Uruguay, Colombia, Guatemala, Argentina, llegando a la conclusión que ellas escriben con el alma el dolor de pérdidas, por haber nacido en contextos en donde la mujer tenía la función de servir, quedándose por debajo de miradas masculinas que causaban cabezas agachadas. Incluso las mismas mujeres replicaban este modo de vida.
“Las puertas abiertas” fueron muchas, los viajes por sus obras fueron bellos, algunos duros pero todos nos condujeron a cuestionar al sistema para seguir pensando el rol de la mujer en la actualidad.
Ellas son referentes, vidas luchadas que han dejado huellas a medida que iban caminando, su realidad (en muchos casos) parecía invisibilizada, pero sus letras denunciaban lo que su alma se aguantaba con los dientes apretados. Son muchas las obras poéticas que fuimos conociendo, entre ellas Pita Amor, Castellano, Walsh, A. Pizarnik, Olga Orozco, entre otras.
Cada una de ellas nos dejó enseñanzas para seguir aprendiendo en este arte que es vivir. Comprendí que cuando un poeta escribe lo hace desde el lugar de aquello que le faltó, de lo que lo interrogó, desde el agujerero del pulover roto para tejer una solución. Y de este modo logramos un alivio para el cuerpo que guarda un grito.
Desangrado y desesperado que le da vueltas a las dificultades de los encuentros amorosos. Le escribimos al miedo aparente de morir y a los dolores como marcas que presionan en el cuerpo.
La escritura se hace en un lugar, en una hoja; con un objeto, una lapicera. Un espacio en donde la libertad está conquistada, en donde las miradas no condicionan, en donde pertenecemos, en el cual nuestras voces se hacen fuertes para derribar muros del sistema patriarcal. Ellas encontraron como nosotras un lugar de libertad en donde trascendieron al ir más allá de sus muertes.
Poesía lunar recién comenzó y tiene mucho por descubrir.
Esperamos a los lectores que tengan ganas de entrar con nosotras lunes a lunes a universos singulares.
¡Los esperamos!
Escritora Argentina
Mariela. V. Peruffo
Escritora y Psicoanalista
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