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Naomi Campbell, Cindy Crawford, Christy Turlington y Linda Evangelista desfilan hace unos días en la London Fashion Week.
Cindy, Naomi, Linda y Christy, las míticas supermodelos de los 90, han vuelto por todo lo alto: documental, desfiles y campañas de lujo; ¿qué ha hecho posible este regreso?
Una sociedad formada en su mayoría por personas mayores de 50 necesita como referentes a alguien que conozca su mundo y que sea capaz de representar sus sueños
Como espejo de la sociedad, la industria de la moda ha ampliado su mirada hacia un mundo menos normativo, más variado, más inclusivo y menos edadista
Han vuelto, aunque cabe preguntarse si alguna vez se fueron. Los que tenemos más de 50 recordamos perfectamente quiénes eran Linda (Evangelista), Christy (Turlington), Naomi (Campbell) y Cindy (Crawford). Que el apellido vaya en paréntesis es el símbolo de su poder: si no se las reconoce por el nombre, no son auténticas supermodelos. Su reinado en el Olimpo de la belleza arranca en los años 90 y llega hasta hoy. Gracias a los vídeos con astros de la música, el cine, las redes sociales y el ansia de nuestra sociedad por capturar y retener lo bello -quizá la única constante de cualquier sistema social- han pervivido en el recuerdo de muchas generaciones, también de los más jóvenes.
Por si el recuerdo y las redes no bastaran, varios eventos coinciden en rendir homenaje a estas divas de la moda. La revista Vanity Fair ha realizado un excepcional proyecto que aborda la búsqueda de la belleza como el Santo Grial de la especie humana. A su vez, Apple TV acaba de estrenar un documental sobre aquellos años de reinado, Anna Wintour las ha reunido en un desfile para la London Fashion Week y Vogue, junto a Louis Vuitton, las ha juntado en una excepcional sesión fotográfica. ¿Simple coincidencia?
La demografía importa
La edad, al fin, cuenta para bien. Por primera vez en la historia de la humanidad, los mayores de 50 formamos el grueso de la población. En España, la caída de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida han invertido la pirámide demográfica. Ahora, los mayores de 50 (17,9 millones de personas) duplican a los menores de 18 (8,7 millones) y superan en seis millones a los menores de 25.
Esta realidad demográfica ha cambiado los hábitos de consumo. Si antes el ‘pata negra’ de los anunciantes era el tramo de edad de entre 34 y 45 años, ahora son los mayores de 50 quienes forman el universo con más capacidad económica y más tiempo disponible: exactamente los mismos que maduraron al tiempo de las supermodelos. Más de cuatro millones de séniors están activos, trabajan, y suponen el 60% del gasto español. Ocho de cada diez tienen vivienda en propiedad, casi la mitad ahorra todos los meses y siete de cada diez viajan por ocio. Todos estos datos, disponibles en el estudio Ageingnomics de la aseguradora Mapfre, explican el atractivo de este grupo para las marcas. ¿Y quiénes mejor que Linda, Cindy, Christy o Naomi para terminar de empoderar a los boomers?
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Del canon al anti-canon
Pero la demografía, por sí sola, no explica el nuevo canon, o anti-canon, de belleza. Donde antes primaba lo apolíneo, la perfección y lo normativo, ahora se da cabida a lo diverso, lo imperfecto y lo real.
El propio Peter Lindbergh, creador de la mítica foto en blanco y negro donde se da entidad al grupo de supermodelos, escogió la naturalidad, con luz de día y sin retoques de ningún tipo, para ilustrar el fenómeno. El resultado: una oda a la belleza serena, a la que le dan igual unos años de más o de menos. Sin saberlo, Lindbergh estaba dando paso en los 90 al concepto de belleza ‘ageless’ (sin edad) al que nos subimos todos, ahora que, ya con unos años, no podemos aspirar a la belleza académica. Además, la foto no sólo mostró la hermosura de unas jóvenes que, paradójicamente, personificaban la belleza sin edad, sino también la apertura de un nuevo estilo de vida posterior a la Guerra Fría. La colaboración de las supermodelos en el vídeo ‘Freedom’ de George Michael o su debilidad por Versace, terminó de consolidarlas como iconos de la cultura heterodoxa.
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La mirada cambia
La aparición de la belleza imperfecta representó el inicio de un cambio y mostró una mirada distinta hacia la mujer. “Por primera vez, la fragilidad superó a la perfección, la vulnerabilidad al poder. Y llegamos al presente: el regreso de las supermodelos es el acto final de una revolución que finalmente hace las paces con su propia historia, repudiando el edadismo. Tras aprender durante la última década a apreciar diferentes cuerpos, formas y edades, una nueva idea de belleza finalmente se está abriendo paso: la de la libertad, el respeto y la diversidad”, afirma Simone Marchetti, Director Editorial Europeo de Vanity Fair y director de Vanity Fair Italia.
Para algunos expertos, las supermodelos fueron las primeras en cuestionar el concepto de la belleza perfecta. En vez de un rostro o un cuerpo irreprochables, con ellas se dio espacio a los físicos no normativos, a las diferentes orientaciones sexuales y los distintos tonos de piel. En definitiva, libertad e inclusión, postulados feministas que aún hoy pugnan por abrirse paso en el mainstream cultural.
Nuevas maneras de evolucionar y sorprender
Desde el lado de la moda, la belleza y el lujo, el cambio de tendencia se confirma. “Las marcas están emprendiendo un camino en el que se busca provocar emociones en todo su público. En el caso de las industrias de la moda y la belleza, los últimos años las grandes campañas han buscado reencontrarse con todas las generaciones y dejar a un lado la idea de que la belleza y la moda son cuestiones generacionales. Este cambio se observa en la eliminación de perfiles esteriotipados para visibilizar las campañas, a través de la búsqueda de mayor diversidad física en los desfiles y, en los últimos años, de la diversidad generacional en sus modelos”, asegura Cayetana Vela, socia de la agencia de comunicación y márketing digital para marcas de lujo Luxurycomm. Para Vela, el paradigma en el sector ha evolucionado como la sociedad a la que se dirige: “Si bien antes se buscaba alcanzar un ideal, ahora las industrias de la belleza y la moda buscan ser alcanzables y que cualquier persona pueda sentirse identificada con lo que muestran. Podemos hablar en este punto de un cambio en la industria de la moda, siempre teniendo en cuenta el concepto de evolución”, afirma esta experta.
Es evidente que el cambio se ha producido, ¿pero es irreversible? Aunque el regreso de las famosas supermodelos puede parecer la confirmación de la tendencia, los expertos creen que aún es pronto para saberlo. “Desde hace varios años observamos que la industria de la moda está explorando nuevas realidades para conseguir llegar a más públicos. En el caso de la introducción del factor edad en las marcas, debemos ser optimistas y darnos cuenta de que, cada vez más, estas industrias están aceptando nuevas ópticas con las que sorprender más”, señala Cristina Quesada, socia de la consultora especializada en posicionamiento de marca Comm Media Group, para quien “el paradigma todavía es muy reciente para afirmar que cada vez veremos más personas mayores sobre las pasarelas, pero dado que la industria de la moda y la belleza está cambiando, debemos ser optimistas en que sus embajadoras, también”.
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