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Tomar decisiones es un terreno pantanoso. Entre la ansiedad, el bombardeo de información que te llega de golpe, y los pinchazos en el estómago que te manda tu intuición, es apenas normal que te sientas abrumada cada que llega un momento decisivo en tu vida.
Uno de los consejos más comunes para aliviar a quien está estresado por tener una decisión pendiente es “medítalo con la almohada”, refiriéndose a que pienses en eso cuando estés a punto de dormir. Pero esa es la peor recomendación que puedes seguir. ¿Los motivos? Ahí te van.
¿Tomar decisiones en la noche? Thank you, next!
Bloquea el descanso
Cierto, el momento donde acaban todos los pendientes es cuando estás acostada en tu cama con la pijama puesta lista para dormir. Por lo que es la única hora en que hay el suficiente silencio para pensar con tranquilidad.
El problema es que ahí no solo es cuando tu cuerpo tiene que descansar, sino también tu mente. La primera etapa de cada ciclo de sueño empieza literalmente cuando te acuestas, porque es cuando tu cuerpo empieza a relajarse para dormir. Si al recostarte, te pones a pensar en todo lo que dejaste pendiente para mañana, ya interrumpiste tu descanso y entonces ni descansarás como debes ni te alcanzará la energía para terminar lo que estabas pensando.
Ansiedad, tensión y catastrofismo
Aunque todos los psicólogos nos recomiendan pensar de manera positiva, la mente a menudo encuentra más fácil imaginar escenarios catastróficos. Sin embargo, no siempre es culpa del cerebro, ya que está lleno de tensión debido a la ansiedad que le genera la dificultad para conciliar el sueño cuando le toca. Es muy injusto esperar algo positivo de su parte en tales circunstancias.
Cansancio es igual a malas ideas
Si tu cuerpo ya quiere descansar, no tendrá las energías ni el ánimo suficientes para pensar en buenas ideas. Por lo contrario, le parecerá bien todo con tal de que le des permiso de dormir. Eso no puede terminar en una buena toma de decisión.
Un ciclo sin fin
Por todo lo de arriba, es casi seguro que después de una noche así, la mañana siguiente te despertarás cansada, con sueño, mal humor, ojeras y hasta granos de estrés.
¿Cuándo sí es buen momento para tomar decisiones?
Idealmente, la hora ideal para hacer una buena elección de trabajo, pareja, outfit o lo que sea es minutos después de terminar un desayuno nutritivo. Gracias a que tu cuerpo reciente absorbió muchos nutrientes, es de día, y hay aire fresco (y claro, si pasaste una buena noche), tu cerebro estará perfectamente dispuesto para tomar decisiones buenas, porque todas las señales apuntarán a que es momento de estar despierto y tendrá el mejor ánimo para darlo todo.
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